La Trágica Muerte de Andrés Soler: Un Ícono de la Época de Oro del Cine Mexicano

La carrera ascendente de Andrés Soler en el cine mexicano

Andrés Soler, una estrella brillante de la época de oro del cine mexicano, es recordado por su talento y por el extenso legado de 192 películas donde actuó al lado de todos los grandes del cine. 

Miembro de la famosa Dinastía Soler y reconocido como el mejor actor de reparto de su generación, una mañana, mientras su atención se enfocaba en el llamado que tenía para presentarse a las filmaciones de “El hermano Capulina”, desayunó, se desmayó y nunca volvió en sí.

La Dinastía Soler se convirtió en una de las familias más queridas por el público mexicano, ya que todos los miembros fueron excelentes actores que mostraban su compromiso con el mundo cinematográfico.

Comenzó actuando en teatros y carpas, aunque el debut de Andrés en el cine fue cuando tenía 38 años y sus hermanos ya eran muy reconocidos. Sin embargo, rápidamente él también se abrió paso entre los sets de grabación y se convirtió en un actor admirado por su fácil forma de agradarle al público, llegando a filmar casi 200 películas junto a celebridades como Pedro Infante, María Félix, Tin Tan y Cantinflas.

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Gracias a su éxito, Soler fundó su propia academia de actuación, la Academia de Arte Dramático de la Asociación Nacional de Actores (ANDA). A sus 70 años, seguía trabajando arduamente en diferentes proyectos, de hecho, el día de su muerte tenia que presentarse a un llamado para actuar en la película “El Hermano Capulina“, donde interpretaba al padre superior de una iglesia.

La vida privada y las pasiones de un actor icónico

Aunque se sabe poco de su vida privada, Soler tenía intereses que sorprendían a muchos. Uno de los más destacados era su afición por coleccionar figurillas, específicamente elefantes. En una entrevista, confesó haber reunido 2,888 piezas de estos majestuosos animales, una colección que reflejaba su amor por los detalles y la diversidad.

Pero los elefantes no eran su única pasión. Soler también era un aficionado de la cerámica, aunque nunca reveló cuántas piezas llegó a coleccionar. Estas aficiones, que mantenía en privado, ofrecen una visión íntima del actor, mostrando un lado más personal y humano, alejado de las luces y cámaras del cine.

Aunque nunca se casó, Soler tenía una perspectiva única sobre el matrimonio. En una ocasión, mencionó que el hombre se casa cuando no tiene algo importante que hacer. Para él, siempre ocupado en su carrera y en sus aficiones, el matrimonio no era una prioridad.

El trágico y misterioso desmayo de Andrés Soler

El 24 de julio de 1969, Andrés se despertó como cualquier otro día. Desayunó y poco después se desmayó, cayendo completamente de la silla en la que estaba sentado. 

Cuando no volvió en sí, la persona que vivía con él llamó a la ANDA para recibir apoyo médico. Fue trasladado a la clínica de la asociación, donde fue atendido inmediatamente. Los médicos comenzaron a hacerle pruebas, pero lo que parecía un simple desmayo se convirtió en un coma del que no despertaría.

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Durante todo ese día, varios compañeros, familiares y alumnos del actor acudieron a verlo, esperando recibir buenas noticias sobre su condición. Sin embargo, los reportes seguían indicando que estaba en estado de coma. A la madrugada del 25, se dio a conocer que había sufrido una trombosis cerebral, una de las enfermedades más raras y complicadas de diagnosticar en aquella época.

Se consideró la posibilidad de someterlo a una cirugía para intentar extraer el coágulo, pero se sabía que era algo sumamente riesgoso. Lamentablemente, Andrés nunca volvió del coma y falleció tres días después de desmayarse, la madrugada del 26 de julio de 1969, a causa de una doble trombosis cerebral.

Fue su hija adoptiva, Gloria Jordán, quien dio la noticia de que su padre había fallecido. Sus hermanos, sorprendidos por la rapidez con la que todo sucedió, no podían creerlo. Fernando y Julián Soler fueron dos de las personas que llevaron en sus hombros el féretro de Andrés al Panteón Jardín, donde descansarían sus restos. 

El legado perdurable de un ícono de la época de oro del cine mexicano

La muerte de Andrés Soler fue un golpe para el cine mexicano y para todos aquellos que lo admiraban. A pesar de su trágico final, su legado perdura en las casi 200 películas en las que actuó y en la academia de actuación que fundó. Su talento y dedicación al arte de la actuación lo convirtieron en un ícono de la época de oro del cine mexicano, y su memoria sigue viva en el corazón de sus seguidores.

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